Título original: Firmin: Adventures of a Metropolitan Lowlife 2007
Traducción: Ramón Buenaventura
Editorial: Seix Barral
Páginas:222
Firmin es una rata. No sabe exactamente si pertenece a la especie noruega, pero está claro que nació para subsistir como el ser más ignorado del planeta.
Pero Firmin no es como las demás. Vive en una librería, va al cine a diario, y ha devorado cientos de libros.
Pero Firmin no es como las demás. Vive en una librería, va al cine a diario, y ha devorado cientos de libros.
Cómo me gustan estas pequeñas joyitas escondidas entre páginas. Firmin ya me había llamado la atención antes, hace años que rondaba por casa de mis padres. Pero ha tenido que caer en mis manos un día cualquiera, que por pura necesidad literaria, tenía que leer algo y no había metido mi libro en el bolso.
¿Puede llegar uno a llenarse de ternura gracias a una rata fea y sucia? Sí. Y más aún, te puedes llegar a identificar con ella si conoces a Firmin, y su pasión por los libros. Un entusiasmo literario que va más allá de nuestra humana afición por la lectura: Firmin devora libros. Y sus reflexiones te dejan de piedra, asintiendo con la cabeza mientras te planteas cómo una rata llegó a esa conclusión antes que tú.
"Llegué a conocer a muchísimas personas fabulosas y no pocos genios, en el transcurso de mis primeros años de aprendizaje. Podía pegar la hebra con cualquiera de los Grandes. Dostoievski y Strindberg, por ejemplo. Enseguida me di cuenta de que eran igual de sufridores que yo, igual de histéricos. Y de ellos aprendí una lección muy valiosa: por pequeño que seas, nada te impide estar tan loco como el que más."
Firmin no habla de una rata lectora, o tal vez sí. O puede que hable de la literatura. De las relaciones humanas: de la soledad o de la eterna búsqueda de la compañía. 222 páginas dan para mucho.
¿Puede llegar uno a llenarse de ternura gracias a una rata fea y sucia? Sí. Y más aún, te puedes llegar a identificar con ella si conoces a Firmin, y su pasión por los libros. Un entusiasmo literario que va más allá de nuestra humana afición por la lectura: Firmin devora libros. Y sus reflexiones te dejan de piedra, asintiendo con la cabeza mientras te planteas cómo una rata llegó a esa conclusión antes que tú.
"Llegué a conocer a muchísimas personas fabulosas y no pocos genios, en el transcurso de mis primeros años de aprendizaje. Podía pegar la hebra con cualquiera de los Grandes. Dostoievski y Strindberg, por ejemplo. Enseguida me di cuenta de que eran igual de sufridores que yo, igual de histéricos. Y de ellos aprendí una lección muy valiosa: por pequeño que seas, nada te impide estar tan loco como el que más."
Firmin no habla de una rata lectora, o tal vez sí. O puede que hable de la literatura. De las relaciones humanas: de la soledad o de la eterna búsqueda de la compañía. 222 páginas dan para mucho.
Llegó el espíritu navideño al blog...Y os recuerdo que aún hay tiempo para participar en el sorteo, podéis conseguir un ejemplar de Un regalo del cielo, ¡animaos a participar! ;)
6 comentarios:
Me alegro que te haya gustado. A mi no me gustó, no le cogí demasiado cariño a Firmin.
Besos
Lo tengo en casa pero aún no lo he leído, antes no me llamaba mucho la atención pero por algunas reseñas que he visto creo que le daré una oportunidad
un beso!
¡Parece una lectura simpática! Se me ha recordado un poco a Ratatouille...
Lana.
Es genial, estupendo, perfecto. No soy de las que lloran con películas ni libros, y parece mentira que una pequeña rata me haya puesto lágrimas en los ojos :(
Un beso
Guau, no conocía el libro pero de verdad que me has dejado con muchas ganas de leerlo. ¡Sin duda me lo apunto!
Besitosss
Me encantó. Figura entre mis preferidos.
Besos
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