Autor: Pierre Szalowski
Editorial: Círculo de Lectores (Grijalbo)
Uno de esos libros de los que no as oído hablar en tu vida, no sabes ni siquiera cómo te ha dado por comprarlo. Pero lo abres, empiezas a leer, y lo devoras...
"Mi madre gritó tanto, que mi padre se llevó las manos a los oídos. Volvió y se deslizó en el sillón: todo su cuerpo se amoldó a él. Como un robot, cogió el mando a distancia. ¡Clic! Y el bla-bla-bla empezó en la televisión. [...]
Qué deprisa pasa la Navidad."
Una de esas historias extrañas, en las que la vida de la gente se mezcla de repente. Es curioso cómo vivimos rodeados de personas, vecinos con los que compartimos nuestro día a día, pero de los que no sabemos nada. Es triste incluso, cuando después de muchos años descubres una faceta insospechada de alguno de ellos, y te sorprendes pensando cómo puede ser que no lo supieras. En el fondo es fácil: normalmente evitamos saber. Cerramos rápido la puerta del ascensor deseando subir solos. Oímos cosas a través de las paredes, pero nunca bajamos a prestar nuestra ayuda. Limitamos las conversaciones porque tenemos prisa. Pero...
¿...Tanta prisa?
Este libro te da la respuesta.
Editorial: Círculo de Lectores (Grijalbo)
Uno de esos libros de los que no as oído hablar en tu vida, no sabes ni siquiera cómo te ha dado por comprarlo. Pero lo abres, empiezas a leer, y lo devoras...
"Mi madre gritó tanto, que mi padre se llevó las manos a los oídos. Volvió y se deslizó en el sillón: todo su cuerpo se amoldó a él. Como un robot, cogió el mando a distancia. ¡Clic! Y el bla-bla-bla empezó en la televisión. [...]
Qué deprisa pasa la Navidad."
Una de esas historias extrañas, en las que la vida de la gente se mezcla de repente. Es curioso cómo vivimos rodeados de personas, vecinos con los que compartimos nuestro día a día, pero de los que no sabemos nada. Es triste incluso, cuando después de muchos años descubres una faceta insospechada de alguno de ellos, y te sorprendes pensando cómo puede ser que no lo supieras. En el fondo es fácil: normalmente evitamos saber. Cerramos rápido la puerta del ascensor deseando subir solos. Oímos cosas a través de las paredes, pero nunca bajamos a prestar nuestra ayuda. Limitamos las conversaciones porque tenemos prisa. Pero...
¿...Tanta prisa?
Este libro te da la respuesta.
2 comentarios:
A mi me llamó la atención el título y la portada. Y lo devoré con rapidez, porque es de fácil lectura, optimista, ameno y te deja un buen estado de ánimo.
Un abrazo
A mí también me pasó como a Blanca, lo compré por la portada y el título (compro tantos libros así, jeje), y me encantó.
Un saludo!
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